Los 10 mantras del buen anfitrión.
Dice la RAE que el anfitrión es aquel que tiene invitados en su mesa o en su casa y aquí está la clave. La diferencia fundamental radica en tratar a nuestros huéspedes como invitados y hacer de su confort nuestra prioridad.
A continuación te mostramos cómo preparar las habitaciones para mimar de verdad a tus huéspedes. Te adelantamos que el truco ¡está en los detalles!
La habitación de un hotel o alojamiento rural debe ser un territorio íntimo que resulte confortable y gustoso.
Material de lectura: dicen que leer antes de dormir ayuda a conciliar el sueño; puedes dejar libros de poesía o relatos cortos o, si lo prefieres, alguna revista sobre ciencia (por favor, ¡de este siglo! No somos un dentista);
Agua: una jarra con agua y unos vasos son fundamentales. Di adiós a las botellas de plástico, el planeta te lo agradecerá;
Repasemos cómo preparar las habitaciones para mimar a nuestros clientes:
Mensaje de bienvenida: de tu puño y letra, con sus nombres; un gesto inesperado que les hará sentirse bien recibidos;
Set de baño: anticípate a pequeños olvidos y prepara un pequeño set con lo básico: cepillo y pasta de dientes, jabón, crema y toallitas;
Toallas: suaves y recién lavadas. No olvides dejar toallas suficientes; a nadie le gusta usar por la mañana la que usó la noche anterior para la ducha y que aún puede seguir húmeda;
Algo para picar: ¿a quién no le entran ganas de tomar algo dulce antes de dormir?;
Clave del wifi: tus huéspedes vienen a descansar pero un momento de conexión con el mundo exterior nunca está de más;
Extra de mantas o almohadas: ¿y si tienen frío?, ¿y si necesitan dos almohadas para dormir? Evita las molestias de bajar a recepción y ponlas a su disposición en la misma habitación;
Tapones para los oídos y antifaz: extra de confort;
Guía de la zona: pequeños consejos para moverse por la zona y lugares para visitar. Mejor aún si la habéis elaborado vosotros mismos.
Los detalles, como sabes, marcan la diferencia.