Detente un momento a pensar la manera en la que viajas. ¿Lo sueles hacer disfrutando de cada rincón y sin estar pendiente de la cámara en todo momento? ¿O eres de esos que piensa que hacerse una foto en un lugar emblemático es suficiente para el recuerdo y lleva una lista de lugares que hay que visitar en una misma mañana? Desde hace unos años surgió un nuevo movimiento de turismo que aboga por viajar sin prisas, disfrutando del momento y del lugar, este movimiento es conocido como slow travel.

En este artículo te contamos un poco más sobre esta forma de viaje, cada vez más en auge entre los turistas, y te damos unos consejos para que puedas ayudar a tus huéspedes a disfrutar de su viaje bajo la filosofía del slow travel.

¿Cómo nace el concepto slow travel?

Este nuevo concepto de turismo no nace aislado, sino que surge a partir del frenético ritmo de vida al que nos enfrentamos cada día. Las prisas no son buenas compañeras, pero muchas veces tenemos que convivir con ellas, de ahí que cadenas de comida rápida sean populares en países como España. Sin embargo, hay personas que han querido desde hace unos años frenar este modelo de vida que difícilmente nos deja disfrutar del presente, y han creado movimientos como el slow life, slow food e incluso el slow travel y slow hotels. Estos movimientos pretenden acercarnos un poco al ahora y hacernos disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Slow travel es una oportunidad para salir de nuestro espacio de confort y mimetizarnos con un lugar nuevo. Se trata de viajar para perdernos por las calles de ciudades desconocidas, de olvidarnos del móvil durante horas y de conocer a personas locales que nos puedan aconsejar sobre el mejor sitio para comer. El slow travel nos permite abrir los ojos y conectar con nuestro yo más auténtico.

No te sientas mal si no cumples con el itinerario que te habías preparado. El slow travel disfruta sentándose en una plaza y observando durante un rato a la gente pasar, relajándose en ese momento y olvidándose de los problemas de su vida diaria. El slow travel es hablar con tus compañeros de viaje sobre conversaciones que nos aporten conocimiento o pasarnos casi una hora comiendo la comida típica del lugar mientras nos deleitamos con sabores nuevos.

4 Claves para ser un slow hotel.

Si quieres que tus huéspedes se contagien de esta forma de turismo y disfruten de un viaje inolvidable bajo los mantras de este movimiento, te damos unos consejos para que los puedas poner en práctica en tu alojamiento y te conviertas en un slow hotel.

1. Cocina con productos frescos, locales y de temporada. Es importante ofrecer a este tipo de huéspedes unos desayunos y cenas hechas en el momento, cocinados con calma y mucho cariño. Huye de los productos procesados y la bollería industrial. Apuesta por recetas tradicionales y caseras.

2. Ofrece experiencias únicas. Conecta al turista con el lado más autóctono de tu zona ofreciéndole experiencias que le hagan conectar con sí mismo. Recorridos a caballo o clases de yoga pueden ser actividades que relajen a tus huéspedes y le hagan disfrutar del presente.

3. Habitaciones sin distracciones. Si quieres que tus huéspedes disfruten de una experiencia slow, no instales televisión en tus habitaciones. Desconectar significa no estar pendiente de los medios de comunicación durante esos días. Puedes ofrecer otro tipo de entretenimiento como libros o juegos de mesa para que se diviertan y disfruten de una forma diferente.

4. Mantén un contacto directo con todos tus huéspedes. No te olvides que tú vas a ser su punto de información durante la estancia, de ahí que sea muy importante aportar información de valor cuando los turistas lleguen al hotel. Comenta los mejores restaurantes locales de la zona, museos que merecen la pena o sitios en los que merece la pena comprar los souvenirs.

¿Conocías el movimiento de slow travel? Sé un alojamiento que apuesta por dejar tiempo libre, de verdad, a los huéspedes y déjales que conecten con el lado más local de tu zona.